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Llegan las picaduras de insectos

La prevención es importante para evitar picaduras y sus efectos en el organismo, que pueden ir desde las habituales molestias leves hasta provocar urticaria en todo el cuerpo en los casos más extremos

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Con la llegada de la primavera y, sobre todo, del verano, vuelven los insectos y sus desagradables picaduras. Ahora es la época en la que estos proliferan de manera más abundante y en la que el calor nos atrae para llevar a cabo actividades al aire libre y las dos cosas juntas hacen que las probabilidades de ser picado por un insecto, una planta o una medusa se disparen. Los más habituales son los mosquitos y las avispas, pero existen muchos otros insectos que pueden amargarnos las vacaciones.

Los diferentes tipos de picaduras conllevan distintos tipos de reacciones. Las picaduras de insectos, plantas y medusas pueden provocar diversas reacciones en nuestro cuerpo, desde una leve inflamación o picor hasta alergias graves. Los repelentes disponibles en el mercado y las medidas de prevención recomendadas son las mejores herramientas para combatir las plagas. Las farmacias y los profesionales que las atienden, son unos de los mejores remedios a los que acudir cuando algo nos pica.

A la hora de tratar una picadura, cada persona tiene unas características particulares que hacen que la sintomatología pueda ser diferente. En este sentido, hay que tener en especial consideración hacia los niños y personas mayores, puesto que, en el caso de los primeros, al tener un sistema inmune más débil y una piel que todavía no se ha engrosado completamente son por lo general más sensibles, y en el caso de los segundos se pueden dar complicaciones derivadas de otros problemas de salud presentes y propios de la edad. También las personas que tienen piel atópica son más sensibles a las picaduras y deben extremar las precauciones para evitar reacciones significativas.

Prevención

Cuando se trata de picaduras, la tipología es variada. Sin embargo, las más comunes a tener en cuenta son las picaduras de insectos, plantas y medusas. Una picadura normal suele provocar inflamación, picor y dolor leves. Sin embargo, algunas personas experimentan reacciones más fuertes a las picaduras debido a su hipersensibilidad al veneno, lo que comúnmente se conoce como reacciones alérgicas, tal y como explica la jefe de producto de Laboratorios Viñas, Sofía Navas. En estos casos, continúa la experta, “se pueden presentar síntomas como picor intenso, inflamación o hinchazón significativa, urticaria en todo el cuerpo, estornudos o fiebre, entre otros”.

Dado que algunos de estos síntomas pueden resultar peligrosos para la salud, es importante tomar medidas de prevención, especialmente en el caso de las personas alérgicas. El primer paso es saber si somos alérgicos a algún tipo de picadura. Normalmente, acudimos al especialista cuando notamos una reacción anómala ante algún tipo de picotazo, como una hinchazón anormal, pero debemos considerar que, en este caso, suele ser mejor prevenir que curar, y que si padecemos de algún otro tipo de sensibilidad o alergia, es mejor hacerse las pruebas correspondientes para descartar las más habituales que suelen ser las picaduras de avispa o abeja.

También es fundamental tomar algunas medidas básicas para evitar las picaduras en sí mismas, especialmente durante los meses cálidos, cuando son más comunes. La jefe de producto de Laboratorios Viñas, afirma: “Lo recomendable es: usar ropa de colores claros, ya que esto evita que los insectos se posen y se sientan atraídos por el cuerpo; vestir manga larga en la medida de lo posible para minimizar la cantidad de piel expuesta; evitar el uso de perfumes y, por supuesto, aplicar repelentes cuando estemos en el exterior”.

Uso de repelentes

Hoy en día es muy fácil encontrar un repelente que se ajuste a cada necesidad, ya que tal y como comenta la experta, en las farmacias podemos encontrarlos en diferentes formatos como gel, stick, spray, loción o roll-on, etc. Además, en el mercado existen otras opciones naturales, como los aceites esenciales, que pueden limitar ese contacto indeseado con insectos.

Un buen repelente de insectos debe cumplir una serie de requisitos:

  • Ser inocuo.
  • No resultar tóxico ni a nivel general ni a nivel local.
  • Tener una acción inmediata y ofrecer protección durante varias horas.
  • Asegurar su efectividad frente a una gran variedad de insectos.

Los repelentes de insectos son fundamentales a la hora de viajar al extranjero. Hay que informarse correctamente de los posibles riesgos existentes en el destino, no sólo aquellas de enfermedades muy conocidas, como la malaria, sino posibles insectos o plantas a los que no hayamos tenido exposición y ante los que no sepamos cómo va a responder nuestro organismo. Ante esa incertidumbre, la prevención cobra un papel todavía más relevante, y es por esto que es recomendable consultar a nuestro farmacéutico para que nos asesore y nos facilite la tarea de estar preparados para las situaciones que puedan surgir.

Para una picadura leve, sin más efectos visibles, también podemos optar por utilizar productos repelentes con ingredientes de origen natural. Sofía Navas recomienda tener en cuenta productos a base de: espliego, (Lavandula spica) denominada “planta de los primeros auxilios” por sus virtudes, que proporciona un efecto anti-picor; de planta de regaliz, que aporta un efecto anti-irritante y calmante o de menta, que aporta frescor para una mayor sensación de alivio.

Desde la Asociación Nacional de Profesionales y Autónomos de las Terapias Naturales (COFENAT) también indican que algunos tratamientos efectivos pueden ser la aplicación de aceites esenciales como el de lavanda o el del árbol del té, para aliviar el picor de las picaduras, el ajo y la cebolla, calmantes y antisépticos, y el uso del árbol del té contra el ardor producido por las picaduras de medusa.

Es conveniente recordar también una serie de medidas de precaución cuando se utilizan los
repelentes:

  • Mantener el producto fuera del alcance de los niños, y lejos de alimentos y bebidas.
  • Usar con muchísima precaución en niños menores de dos años. En estos casos es preferible el uso de repelentes con formulaciones especialmente indicadas para ellos.
  • Evitar el contacto del producto con ojos y mucosas. No usar en zonas con heridas, quemaduras o irritaciones y limitar su aplicación en las zonas más sensibles.
  • Lavarse las manos adecuadamente después de la aplicación.
  • No renovar las aplicaciones de forma excesiva, ni utilizar grandes cantidades de producto.

Atención y dispensación

La farmacia desempeña un papel crucial en la atención de las picaduras. “Los farmacéuticos son profesionales sanitarios accesibles y suelen ser la primera opción para buscar consejo en caso de picadura”, tal y como declara Sofía Navas. En muchos casos, el propio farmacéutico puede atender perfectamente la consulta, ofreciendo consejo o recomendando productos que se ajusten a la necesidad del cliente.

Pero también esta labor de asesoría incluye la derivación a especialistas o al centro de salud o de vacunación, por lo que el farmacéutico se convierte así en el primer eslabón de una cadena que abarca a todos los profesionales de la salud. Por este motivo, es fundamental que los farmacéuticos estén siempre bien informados de las últimas innovaciones y tratamientos, puesto que van a ser ese primer punto de información para los pacientes.

El farmacéutico debe enfatizar la importancia de la prevención de las picaduras, especialmente en los casos de viajes donde además de suministrar la medicación necesaria, el farmacéutico debe informar del proceso a seguir en materia de vacunación, de ser necesario. Una vez recibida la picadura, continúa explicando la experta de Laboratorios Viñas, el farmacéutico juega un papel vital al explicar cómo actuar y brindar consejos adecuados. Esto incluye lavar la zona afectada, evitar rascarse, aplicar productos calmantes y, en casos de inflamación grave, utilizar hielo o antiinflamatorios. Si los síntomas empeoran, entonces debe recomendar la derivación a un médico o centro de salud donde le puedan atender, o instar al paciente a acudir a urgencias, en los casos de mayor severidad.

El mercado de los repelentes

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cambio climático y los recientes aumentos de temperaturas está permitiendo que los insectos se reproduzcan con mayor facilidad y se prolongue la temporada en la que están presentes. Como consecuencia, las picaduras de mosquitos aumentan cada vez más. En el caso de las medusas, ocurre lo mismo por las altas temperaturas del mar. Este incremento del número de picaduras, hace que el mercado de repelentes también aumente. De acuerdo con los datos proporcionados por la consultora farmacéutica IQVIA, durante el último año, el mercado de productos para las picaduras en la farmacia ha tenido un crecimiento del 24% respecto al año anterior, lo cual sitúa al sector en más de 2.700.000 unidades vendidas, que suponen unos ingresos de más de 28.650.000€.

Según una encuesta realizada el verano pasado por la Organización de Consumidores (OCU), a 1.400 personas de entre 25 y 79 años, el 78% de los encuestados usaba algún remedio contra los mosquitos en su domicilio. En el exterior, el porcentaje se reducía y bajaba a menos de la mitad: solo un 45% afirmó usar algún repelente y su mayoría lo usaba en formato spray. Este dato también lo certifica la consultora IQVIA, ya que sus estudios revelan que el mercado está liderado de manera clara por los repelentes en aerosol, que representan un 64,4% de la cuota de mercado, mientras que los menos solicitados son los repelentes en formato líquido, con apenas un 1,2% de las unidades vendidas en un año (de abril 2022 a abril 2023).