La Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que el 50% de los medicamentos que se venden a través de Internet son falsos. El incremento de casos ha convertido a España en país pionero en Europa en combatir esta práctica mediante su tipificación como delito con pena de prisión. Entrevistamos a Luis Amaro, secretario general del CGCOF
¿En qué situación se encuentra la falsificación de medicamentos en España y en Europa?
Es un problema que estamos teniendo y que está creciendo, pero no dentro del canal de farmacia. Se trata de un mercado empujado por las mafias del crimen organizado con una importancia y gravedad extraordinarias, ya que estamos hablando de productos muy sensibles destinados al tratamiento de enfermedades; los problemas que puede provocar el uso de estos medicamentos son realmente graves para el paciente que los utiliza pensando que se trata de medicamentos auténticos.
El efecto que esto puede provocar, ya no solamente sobre el propio individuo, sino también en la sociedad, es de desconfianza hacia el propio sistema sanitario. Se trata, por tanto, de un problema grave con numerosas connotaciones, por lo que todas las administraciones, comenzando por Europa y pasando por las administraciones estatales, la policía y los propios farmacéuticos estamos muy sensibilizados. Es un problema que debe ser extinguido mediante todas las vías legales y profesionales de colaboración allí donde se encuentre.
La gravedad de este asunto hace que, incluso en países como Estados Unidos, este delito esté castigado con la pena de muerte. En España, desde la modificación el pasado año del Código Penal, también está considerado como delito con penas de 5 a 10 años de prisión.
¿Qué estadísticas manejan al respecto?
Entre el 15 y el 20% de los productos que son requisados en las aduanas son medicamentos falsos. Lugares como parafarmacias, herbolarios, gimnasios, ventas de medicamentos dietéticos o sex shops son los destinos más habituales de estos productos y donde se realizan más decomisos. En Internet las cifras son más preocupantes, ya que aumentan hasta el 50 o el 60% de los casos.
¿Qué tipo de medicamentos son más propensos a ser falsificados?
Son muy variables, pero los más comunes suelen ser productos como potenciadores sexuales, de la masa muscular o psicoestimulantes, pero tampoco debemos olvidar que se están falsificando analgésicos, antibióticos, adelgazantes, hepáticos, protectores gástricos, etc. De hecho, los últimos decomisos que ha habido se han producido en Francia y en Alemania. En Francia, concretamente, ha sido la falsificación de una aspirina; en Alemania, del Omeprazol. Estos dos casos alertaron de forma considerable a las autoridades europeas, ya que se trata de medicamentos de uso común y de coste relativamente bajo para la población.
Dada la actual situación económica, ¿puede ser el precio de los productos lo que invite a la gente a comprar medicamentos falsificados sin que ellos lo sepan?
No, ya que como hemos visto en algunos ejemplos, el precio no es un factor limitante. El falsificador o criminal lo que busca son mercados en los que colocar su mercancía. No tiene ningún tipo de escrúpulos, y su único propósito es la venta de la mercancía a través de canales ilegales o irregulares fuera del canal legal de medicamentos. Busca productos que sean muy solicitados por un consumidor que, en algunos casos (y desconocemos el motivo), va a consumir productos falsos fruto de la desesperación por no poder conseguirlos por vías legales.
Centrándonos en esto último, ¿cómo puede saber el ciudadano si el medicamento es falso o no?
El ciudadano debe desconfiar de cualquier medicamento que se encuentre fuera de la farmacia. El canal legal es éste y se puede comprar por Internet, pero siempre a través de una farmacia legalmente establecida y que cuente con el sello de la Agencia Española del Medicamento y el sello internacional de farmacia autorizada. Cualquier medicamento que se encuentre fuera de este canal tiene muchas posibilidades de estar falsificado.
¿Qué acciones tienen programadas desde el propio Consejo para el farmacéutico con respecto a los clientes de su establecimiento?
A través de la Agencia Española del Medicamento y junto al Ministerio de Sanidad, realizamos de forma periódica acciones de sensibilización e información a estos profesionales, ya que somos conscientes de que son ellos los que tratan a diario con la población. Ahora mismo estamos completamente volcados en el desarrollo del sistema de verificación de medicamentos, lo que nos permitirá comprobar, a la hora de dispensar un medicamento, si éste es auténtico o no, y nos dará una garantía total de la calidad de ese medicamento.
Sin embargo, éste es un proceso complejo que entrará en vigor el 9 de febrero de 2019 de forma simultánea en toda Europa, y ése es el principal elemento que nos va a garantizar que, al menos dentro de los canales legales, todos los medicamentos que se encuentren sean verdaderos y que no estemos frente a una falsificación; si bien es cierto que ahora mismo no los hay, al menos en España, debido a los fuertes controles.
Siendo los farmacéuticos quienes tratan con los pacientes en sus establecimientos, ¿os han trasmitido algún mensaje de preocupación por parte de la sociedad?
Sí. Hay muchas consultas que se trasmiten desde las farmacias por parte de los usuarios sobre estas cuestiones. Gente que se encuentra con medicamentos falsos o incluso de segunda mano. Cuando recibimos estas denuncias las transmitimos rápidamente a la Agencia Espa- ñola del Medicamento para que puedan actuar de forma inmediata.
Hablaba usted antes de casos de falsificación de medicamentos en Francia y Alemania, pero, ¿se han dado casos recientes en España?
Sí se han conocido decomisos, y casi de forma periódica hay información sobre intervenciones de medicamentos legales que se publican por parte de la Guardia Civil o de la Policía. En algunos casos, de hecho, se han requisado en los lugares donde se estaban vendiendo.
Con respecto a la reciente campaña de ‘farmatuiteros’ para denunciar este problema, ¿qué opinión le merece?
Hemos visto que hay mucha respuesta por parte de los farmacéuticos, muestra, sin duda, de la sensibilidad que existe ante este problema. Son mensajes sobre actuaciones que nosotros estamos haciendo con la Agencia Española del Medicamento, especialmente en lo que a medicamentos de segunda mano se refiere, o que se han salido de las vías legales del canal de distribución y venta del medicamento y estamos trabajando para solucionarlo lo antes posible.