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“La dispensación del medicamento es y seguirá siendo nuestra razón de ser”, Carmen Peña, presidenta de la Federación Internacional Farmacéutica (FIP)

Lleva dos años al frente de una organización que agrupa a tres millones de farmacéuticos de 137 organizaciones profesionales de países de todo el mundo. Doctora en Farmacia por la Universidad Complutense de Madrid, Carmen Peña insiste una y otra vez en la importancia de promover una Farmacia y un sistema de salud sostenibles, garantizando el acceso universal a los medicamentos y fomentando la colaboración entre médicos y farmacéuticos

entrevista-1-Usted ha afirmado en varias ocasiones que uno de los objetivos principales de la profesión es el de construir la mejor Farmacia posible para el paciente del siglo XXI. ¿Cómo describiría a ese paciente y la evolución de sus necesidades en los últimos años?

Vivimos en un mundo en el que la esperanza de vida está creciendo. Cada vez hay más personas mayores, muchas de ellas enfermos crónicos y polimedicados. Éste es el nuevo perfil de paciente del siglo XXI, y necesita que la Sanidad (y la Farmacia como parte de ella) le ofrezcan soluciones de salud en el ámbito social y sanitario, sin parcelas estancas.

Los farmacéuticos, profesionales de la salud y expertos en el medicamento, tenemos que dar respuesta a estas nuevas necesidades que surgen en torno al medicamento, y a otros aspectos de la salud relacionados con el mismo. Se trata de ser eficaces para el paciente y eficientes para los sistemas de salud.

– ¿Se ha avanzado suficientemente en la accesibilidad de los medicamentos por parte de la población mundial? ¿Cómo ha repercutido la entrada del medicamento genérico sobre el control de los precios?

El acceso y uso seguro de los medicamentos para la población mundial es una prioridad de la Organización Mundial de la Salud, tal y como se refleja en el concepto de Cobertura Universal de la Salud. En esta misma línea, conseguir el acceso universal a los medicamentos es un objetivo principal de la Federación Internacional Farmacéutica, y además es nuestra mayor garantía de sostenibilidad.

En este sentido, la entrada del medicamento genérico a nivel mundial ha producido una reorganización en el control de los precios, favoreciendo la accesibilidad de la población a los medicamentos.

-¿Más vale una prestación farmacéutica financiada con fondos públicos que una dependiente del capital privado, aun cuando la morosidad de algunas administraciones amenaza la supervivencia de muchas oficinas de farmacia?

Los retrasos por parte de algunas Administraciones Sanitarias en los pagos de la factura farmacéutica son situaciones de extrema gravedad, pues significan el no poder abordar en tiempo el pago de los medicamentos prescritos dentro del Sistema Nacional de Salud (SNS) que necesitan los pacientes. Como consecuencia de lo anterior, debemos aprender que los medicamentos prescritos en el SNS deben ser una prioridad en el pago dentro del capítulo de sanidad.

En cualquier caso, en los países en los que el registro, el precio y la fi nanciación de los medicamentos no están regulados por las Administraciones, los precios de los medicamentos son más altos y la accesibilidad de los fármacos no está asegurada en igualdad de condiciones a la población.

-Farmacia científica vs. Farmacia práctica: imagínese que nos vemos obligados a invertir únicamente en una de las dos. ¿En cuál de ellas confiaría los fondos, en la investigación o en la actividad asistencial? ¿Por qué?

La investigación es imprescindible para obtener nuevas moléculas que hagan frente a enfermedades que hoy no tienen cura, y a su vez la Farmacia clínica es la que posibilita el acceso seguro y equitativo de los medicamentos a la población y propicia que esas nuevas moléculas sean eficaces para el paciente y eficientes para los sistemas.

Por tanto, estas dos áreas farmacéuticas, la científica y la clínica, son imprescindibles y complementarias entre sí para el desarrollo profesional de los farmacéuticos, sea cual sea su ámbito de actuación, y para responder activamente a las necesidades actuales de la sociedad. Ello implica un avance de todas las facetas de la profesión: la investigación, la educación y la farmacia clínica.

El I+D+i de la industria farmacéutica está permitiendo a las oficinas de farmacia ampliar su oferta de productos por categorías e introducirse en nuevos mercados relacionados con el autocuidado, la prevención de la enfermedad y el bienestar general de la persona.

-¿Cómo influye este hecho en el perfil académico o nivel formativo exigido al nuevo profesional farmacéutico?

El farmacéutico es un profesional de la salud preparado tanto a nivel científico como clínico, y ocupa un lugar imprescindible para contribuir a la salud del paciente en todos los ámbitos relacionados con el medicamento. Por ello, en la Federación Internacional Farmacéutica apostamos por avanzar en la práctica farmacéutica de acuerdo con las necesidades de la sociedad a través de la educación.

entrevista-3-¿Debe la labor de dispensación quedar relegada a un segundo plano en favor de otros servicios especializados? En relación a estos servicios profesionales, ¿cómo puede resolverse el debate en torno a la necesidad o no de remunerarlos, y quién debe remunerarlos (Administración, paciente, sistema mixto…)?

El medicamento es la herramienta farmacológica, y la salud del paciente es nuestro objetivo. Por tanto, la dispensación del medicamento y todo lo relacionado con el mismo es y seguirá siendo nuestra razón de ser. Además, los farmacéuticos estamos implicados en ofrecer soluciones de salud más allá de la dispensación; estamos hablando de Farmacia Clínica, una farmacia asistencial renovada y orientada hacia los servicios que demanda el nuevo perfil de paciente en torno a su medicación.

-¿Debería estudiarse a fondo la posibilidad de la prescripción complementaria, es decir, que los farmacéuticos puedan complementar algunas prescripciones de forma excepcional y de forma consensuada con los médicos?

Desde la Organización Mundial de la Salud, y por parte de todas las profesiones sanitarias, se está promoviendo la práctica colaborativa en beneficio del paciente y de la sostenibilidad de los sistemas de salud. Existe una evidencia de que las prácticas de colaboración entre los diferentes profesionales de la salud mejoran los resultados clínicos de los pacientes.

-¿Los farmacéuticos españoles deberían poder vacunar y administrar medicamentos inyectables en sus establecimientos, como ocurre en otros países?

Las Directrices conjuntas de la FIP y la OMS sobre Buenas Prácticas en Farmacia Comunitaria de 2011 señalan, entre las tareas de los farmacéuticos, la de “administrar medicamentos, vacunas y otros medicamentos inyectables”. Dentro de este capítulo, establecen que “los farmacéuticos deben tener un papel en la preparación y la administración de medicamentos, en el establecimiento de procedimientos en su ámbito de trabajo respecto a esta administración, y en el seguimiento de los resultados de los medicamentos administrados”.

Además, indica que “los farmacéuticos deben tener un papel como capacitadores, instructores y de administración, y así contribuir a la prevención de enfermedades mediante la participación en programas de vacunación, garantizando la cobertura de estas vacunaciones y la seguridad de las mismas”.