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Abordaje de las alergias desde la farmacia

Según la Sociedad Española de Alergología, entre el 20 y el 25% de la población padece algún tipo de enfermedad alérgica. La principal razón de este aumento es que los factores ambientales han modificado la respuesta inmune de nuestro organismo. Por este motivo, lo más importante para reducir los síntomas alergénicos es evitar aquellas sustancias que nuestro organismo entiende como una amenaza

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alergia fn57Se estima que dentro de unos años el 50% de la población mundial presentará algún tipo de alergia primaveral. Según el Centro Europeo de la Fundación para la Investigación de las Alergias (ECARF), actualmente son 14 millones de personas en España los que padecen algún tipo de alergia.

Sin embargo, dependiendo de la zona de España donde vivas, las alergias varían. La incidencia de polen y de alérgenos es más alta en regiones como Madrid, Extremadura o algunas ciudades de Andalucía. Mientras que en las regiones más marítimas como la zona costera catalana, la Comunidad Valenciana o Murcia, la incidencia es mucho más leve. El cambio climático y la contaminación son dos factores claves para el aumento de alergias, y una de las razones que explican por qué existen regiones con una mayor incidencia de polen que en otras.

La alergia se deriva de un fallo en el sistema inmunológico porque nuestro organismo identifica esas sustancias de polen, por ejemplo, como un invasor. Esta afección, que en la mayoría de ocasiones afecta al sistema respiratorio, se origina en mayor medida debido a los cambios estacionales, sobre todo los de primavera y otoño. Esto se debe, en parte, al descenso de las temperatura y la polinización. Por ello, la mayoría de cuadros alérgicos son ambientales. Sin embargo, está demostrado que existe un alto componente genético. De hecho, si ambos progenitores sufren de alergia durante muchos años seguidos (es decir, es habitual que lo padezcan en primavera u otoño), hay un 75% de probabilidades de que sus hijos también lo sufran.

Asma y alergia

Son muchos los especialistas que afirman que existe una conexión entre el asma y la alergia. De hecho, en muchas ocasiones estas dos afecciones se presentan juntas. Esto se debe a que varios de los síntomas de la alergia pueden provocar la aparición de asma, lo que se conoce como asma alérgica. De esta manera, se accionan las defensas del cuerpo y los anticuerpos se unen al alérgeno en cuestión. La ventaja es que, actualmente, algunos tratamientos ayudan a ambos trastornos como apunta el doctor en Medicina y alergólogo de la Clínica Mayo, James T C Li.

Por otro lado, los tratamientos farmacológicos son claves, por lo que el rol del farmacéutico se vuelve imprescindible porque son muchas las personas que acuden a estos profesionales en busca de métodos que reduzcan los síntomas, que generalmente son pasajeros.

Según un estudio realizado por la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), un amplio número de personas acude cada año a las oficinas de farmacia a pedir tratamientos que alivien los síntomas de la alergia, que según los farmacéuticos abarcan el 75% de las consultas relacionadas con esta afección. Las patologías más comunes por las que se acude a las boticas son la conjuntivitis y la rinitis, que abarcan un 43% de las consultas, según SEAIC. Es interesante también subrayar que lo que más consultan los usuarios en las oficinas de farmacia son cuestiones sobre los síntomas de la alergia, los posibles tratamientos sin prescripciones médicas, la compatibilidad de estos tratamientos con otros medicamentos o los posibles efectos secundarios de los remedios.

El efecto multiplicador de la contaminación

La contaminación ambiental también actúa como efecto multiplicador en otro sentido añadido, y es que provoca inversión térmica en las grandes ciudades. Si a ello sumamos otros problemas ambientales como el cambio climático, el efecto invernadero, la deforestación… Tenemos como consecuencia que el polen se acumula en el aire que respiramos, porque no puede circular por la atmósfera y dispersarse; que aparecen nuevas plantas más resistentes a la escasez de lluvias y más alergénicas; y que otras especies vegetales como el olivo y los cereales, más resistentes al aumento de CO2 pero también más alergénicas, se reproducen mejor. Todo este conglomerado de motivos es lo que dispara los cuadros de alergia primaverales.

Diferencias entre síntomas de la alergia y de covid-19

Los alérgenos más comunes son el polen, los ácaros y el pelaje de algunos animales; pero es preciso indicar que hay diferentes tipos de alergias: de tipo respiratorio, alimentario, cutáneo o a algunos fármacos. Los síntomas de la alergia pueden ser muy variados porque todo depende de la reacción de cada organismo, por lo que la intensidad con la que los vivimos también será distinta en cada cuerpo.

Según SEAIC, debido a las bajas temperaturas de este invierno, ha aumentado el polen de las gramíneas. A causa de las intensas nevadas que se han vivido este año en el centro peninsular se ha acumulado una mayor cantidad de agua en la tierra y esto ha favorecido que las plantas se desarrollen más y, en consecuencia, que los niveles de polen aumenten.

Cuando hablamos de alergias respiratorias, señalan desde SEAIC, los síntomas más frecuentes son tos, dificultad respiratoria, mucosidad abundante, taponamiento nasal, picor de nariz o, incluso, pitidos en el pecho. Estas revelaciones suelen ser señal de que la alergia está recayendo, sobre todo, en los pulmones o bronquios. En cuanto a las manifestaciones oculares que produce la alergia, destaca el picor de ojos o el lagrimeo. En este caso, es muy frecuente que se padezca de conjuntivitis. En el caso de los síntomas cutáneos, la alergia puede producir urticaria, dermatitis atópica o dermatitis de contacto. Lo más común, en este tipo de afecciones, es que la piel aparezca enrojecida o inflamada y nos pique frecuentemente.

A pesar de que algunos de los síntomas de la alergia son similares a los producidos por la COVID-19, hay diferencias significativas, como se detalla en el documento “Síntomas menores y COVID-19: Protocolo de actuación en farmacia comunitaria”. En el primer caso los síntomas suelen estar focalizados, al contrario que los provocados por este virus, que afecta de manera general a todo el organismo. La COVID-19 no provoca picores, cosquilleos en la garganta o estornudos, sino que sus síntomas están más relacionados con problemas respiratorios más graves. Por otro lado, la alteración del olfato o el gusto no son señales habituales de la alergia. En el caso de la COVID-19, tampoco es frecuente que se registren silbidos en el pecho, al igual que cuando tenemos alergia no se suele manifestar fiebre, dolor de cabeza o malestar general (a no ser que un paciente padezca una alergia muy grave al polen; aunque generalmente se encontrará medicado).

Según el doctor David Baquero, portavoz de SEAIC, la obligatoriedad del uso de la mascarilla debido a la pandemia generada por la COVID-19 favorece que los alérgicos tengan una menor exposición al polen, por lo que los síntomas primaverales generados por el entorno se han reducido durante este año.

En el caso de las alergias alimentarias, según el presidente de la Asociación Española de Personas con Alergia (AEPNAA), Ángel Sánchez, “los principales alimentos causantes de alergias son las frutas, en particular las rosáceas como el melocotón, los frutos secos y los crustáceos”. El director apunta además que, en el caso de los niños menores de 5 años, las alergias más frecuentes son al huevo y a la leche.

Por su parte, la Fundación Seguridad Alimentaria y Prevención de Alergias indica que en España dos millones de personas padecen alguna alergia alimenticia, de los cuales hay un alto porcentaje de niños menores de 14 años. Si hablamos de cifras mundiales, este dato se incrementa a 520 millones de personas.

Tratamientos y consejos

El doctor Baquero apunta que el primer tratamiento es de paliativos, que sirve para “corregir los síntomas en función del órgano afectado, por ejemplo, antihistamínicos oculares para la conjuntivitis alérgica, antihistamínicos orales para los síntomas más generalizados o corticoides nasales para la rinitis alérgica”

Algunos de los tratamientos más útiles que no requieren receta médica, según explican desde el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Sevilla son:

  • Agua de mar: utilizada para mantener limpia e hidratada la nariz y evitar la acumulación de sustancias alergénicas. Asimismo, se puede utilizar libremente cada vez que se sienta picor.
  • Colirios: alivian el picor y el enrojecimiento de los ojos. No es conveniente abusar de ello ya que nuestra vista puede acostumbrarse. En este caso, seguir las indicaciones que el farmacéutico nos dé.

Por otro lado, también es aconsejable acostumbrarnos a ciertos hábitos diarios para prevenir los síntomas que la alergia produce. Según el Ministerio de Sanidad, lo primordial es mantener, en la medida de lo posible, las ventanas del coche y de casa cerradas para evitar que entren los granos de polen. Además, indica también que es preferible evitar la salida a la calle en las primeras horas del día porque generalmente el polen se emite entre las 05:00 y las 10:00 a.m. Por otro lado, también es recomendable implementar en nuestra dieta diaria alimentos que contengan vitamina C, ya que tiene un potencial antiinflamatorio.

El segundo tratamiento, según el doctor Baquero, es el utilizado “con inmunoterapia alérgeno-específica, que es el único tratamiento capaz de modificar la evolución natural de la enfermedad. Es un tratamiento que se puede poner de forma sublingual o subcutánea y modifica la respuesta que produce el polen creando una tolerancia a este”

El mercado de alergia decrece en el último año

La venta de productos dirigidos a aliviar los síntomas que producen las alergias cada año ha disminuido considerablemente. En marzo de 2021 el mercado de la alergia había facturado 13.420.946 euros, un 18% menos respecto a marzo de 2020, donde se facturó 16.340.614 euros y se vendieron 257.193 unidades más que en 2021. Probablemente estas cifras tengan relación con el confinamiento del pasado mes de marzo de 2020 y con la obligatoriedad del uso de mascarilla que está sirviendo de barrera contra patógenos externos.

Aunque ha habido un decrecimiento de ventas, es cierto que, en cuanto al volumen de unidades vendidas no hay tanta disparidad, ya que en marzo de 2020 las ventas aumentaron un 4% respecto a marzo de 2019. La caída se muestra en marzo de 2021 cuando las ventas de productos relacionados con la alergia decrecen un 3% respecto al año anterior.