Todas las revistas en la HEMEROTECA »

La revista del canal farmacia

“La paciencia y la formación son ejes claves para lograr la excelencia en esta profesión”, Pablo Martínez

La farmacia Martínez Bravo pertenece a una larga saga familiar (es la sexta generación) de farmacéuticos. Ubicado en el pueblo mediterráneo de San Juan de Alicante, el negocio ha ido evolucionando con los años para adaptarse a las necesidades de los pacientes y a las nuevas tecnologías, como el sistema Rowa, que se utiliza desde hace tiempo. De esta técnica y de otras labores que llenan su día a día, habla su propietario, Pablo Martínez Pardo, para farmanatur

fci mnezSi vas a San Juan (Alicante), lo primero que se te viene a la cabeza son sus playas, pero si decides pasear por el pueblo, alejado de la costa, podrás encontrar establecimientos como la botica Martínez Bravo, una farmacia que apuesta por una atención personalizada al usuario como mejor receta.

Boticario por vocación

Para Pablo la farmacia es como su segunda casa: “Llevo aquí dentro desde los 3 años, ayudaba a mi padre en verano porque es una farmacia que está cerca de la costa y antes no había demasiadas. He aprendido de mis padres, pero nunca dejas de progresar. Te das cuenta de que cuando más sabes de tu profesión es cuando vas a jubilarte”, afirma el boticario.

Atender bien el mostrador y gestionar la tienda es una prioridad pero, según este profesional, la dedicación al cliente es el principal objetivo y requiere diferentes tareas. “Primero está la prescripción del médico, la receta que tú dispensas; otra sería informar a la persona de lo que necesita y la más valiosa para mí es interesarse por cómo está el paciente, conocer su tensión, colesterol, etc., en definitiva, preocuparse por cómo está funcionando el tratamiento que le recetaron. El seguimiento al paciente ayuda a que esa persona al final mejore o evite tomar un medicamento innecesario”, señala Martínez Pardo.

Automatización en tareas rutinarias

“A la persona hay que dedicarle todo el tiempo del mundo”, afirma este profesional, que ha logrado rescatar parte de su tiempo para dedicárselo a sus clientes. La fórmula ha sido automatizar algunos procesos rutinarios, como almacenar y clasificar los medicamentos, tarea que ahora realiza por medio del sistema BD Rowa. “Esta máquina se ocupa de recepcionar y colocar las medicinas y te avisa a los seis meses si un medicamento no se ha vendido. Optimiza el almacén y el stock. Supone una gran inversión, pero también es una ayuda enorme. Además, el robot pasa a ser un nuevo compañero de trabajo, no hay que despedir a nadie”, explica Pablo.

Como sucede en todas las oficinas de farmacias, la venta varía en función de la estación (antigripales y jarabes, en invierno y antihistamínicos en primavera y épocas de alergia.), pero el clima mediterráneo hace que los productos relacionados con la protección solar sean protagonistas durante buena parte del año, incluso en otoño, cuando todavía calienta el sol en la zona de Levante.

Sin duda, el consejo del médico de cabecera es indispensable para recetar, pero el titular reconoce que sus clientes necesitan información sobre los medicamentos que adquieren. Por el momento, el negocio marcha bien. “Nuestro sistema por medio del Consejo General de Colegios Farmacéuticos es muy bueno y a nuestro nivel tenemos novedades interesantes”, destaca el titular.

Covid-19: Adaptándose a la nueva realidad

Martínez Pardo asegura que “cada farmacia es un mundo” y aunque sabe que se trata de un negocio estable, reconoce que este año su equilibrio se ha visto alterado por la covid-19. Farmacias y clientes han tenido que adaptarse. En el terreno físico, en su caso, se han implantado mamparas de protección, cintas de separación, geles hidroalcohólicos y un sistema de aire acondicionado que elimina hasta el 99% de los virus y bacterias. En cuanto, a las ventas, se han disparado las de mascarillas. “Hay mucha preocupación por evitar el virus. Además, la situación económica ha hecho que se hayan abandonado las compras de productos como, por ejemplo, las cremas de lujo. Por otra parte, el consejo del farmacéutico ha sido de ayuda cuando no era posible contar con el médico de cabecera”, apunta el farmacéutico.

Más allá de la pandemia la vida sigue, y con ella la venta diversificada hacia otras categorías como la fitoterapia, una de sus preferidas. “Soy usuario de la fitoterapia, me gusta mucho y tengo debilidad por determinadas plantas que me han ido muy bien en mi salud y en mi vida personal”, asegura.

La dermofarmacia presenta buenas perspectivas para los próximos años. “La población se interesa mucho por el cuidado de la piel y por los productos dermo”, afirma Martínez Pardo, quien no duda de que la lucha se desencadenará entre las farmacias y las multinacionales”. En su opinión, “se debe vender una crema porque funciona bien y no para buscar el beneficio económico”.

Visión conservadora

No obstante, no hay que perder de vista la rentabilidad y a veces esta se alcanza sabiéndose adaptar a cada momento sin abandonar la esencia original, tanto en el negocio como en la imagen. Sobre esta última, Martínez Pardo realizó una transformación importante hace dos años. “No podíamos quedarnos obsoletos, pero me gusta la farmacia tradicional”, matiza. Y por eso conservó sus muebles de madera decorados con mármol, un diseño clásico que no resta modernidad al conjunto. Y es que este farmacéutico lo tiene claro: “No quiero que sea comercial. Yo no soy un Corte Inglés, soy una farmacia de pueblo y quiero seguir atendiendo como lo he hecho toda la vida”, asevera.

Una visión conservadora que no contempla la venta online. “No puedo trabajarlo, porque no estoy preparado para alcanzar los niveles que exige. Si eres realista te vas a adaptar multiplicando por 10 la atención en el mostrador, dando a la gente lo que no pueden darle online y trabajando la atención al público. El cliente joven está muy acostumbrado a comprar por internet, pero pienso que el farmacéutico puede solucionar un problema al momento y eso no lo da la compra online. Puedo prestar un servicio inmediato y aportar soluciones; mi red social es el mostrador, apunta.

Lograr la excelencia, uno de los objetivos

¿Qué ocurrirá con este tipo de farmacias en el futuro, dentro de 10 o 20 años? A juicio de Pablo, existen dos formas “por un lado, abandonar el sistema mediterráneo de farmacia, es decir, la farmacia puede ser de un solo farmacéutico o de varios, pero un farmacéutico no puede ser propietario de más de una farmacia para evitar monopolios. Y por el otro, el adoptar el sistema europeo, menos aconsejable por tener menos atención de la que podemos tener nosotros, ya que prevalece la faceta comercial sobre la del servicio”, aclara.

Y es que este aspecto es fundamental para Martínez Pardo. Se trata de solucionar problemas a la gente y no sólo de realizar las funciones básicas del negocio. Para él, la paciencia y la formación son ejes claves para lograr la excelencia en esta profesión. Además, hay tres vías que contribuyen a lograr este objetivo. “Por un lado, está la rama oficial, el Colegio Oficial del Farmacéutico de cada provincia y por otro el Consejo General de Colegios Farmacéuticos, que dan una formación continuada; el segundo canal, las herramientas de los laboratorios que organizan charlas, simposios etc., y la tercera vía es la gran labor de muchos farmacéuticos que trabajan para ayudar a sus compañeros”, concluye Martínez Pardo.