Todas las revistas en la HEMEROTECA »

La revista del canal farmacia

El ADN ‘basura’ también determina la aparición y la evolución de un cáncer

Heart Around Pink RibbonEl 98% de nuestro material genético no ejerce una función concreta pero influye en la evolución de enfermedades oncológicas. Los nuevos hallazgos añaden complejidad al reto de la medicina personalizada porque la región genética implicada en la mutación es mucho mayor. Entender cómo funcionan las células madre puede contribuir a un mejor tratamiento del cáncer, una enfermedad en la que las células no se dividen correctamente.

Cada célula humana alberga hasta dos metros de ADN en su interior, pero sólo aproximadamente un 2% de este material genético ejerce una función concreta. Durante años se había pensado que el 98% restante del material genético era ADN basura, pero a día de hoy los científicos están viendo que aunque estas regiones del genoma no codifican a proteínas también juegan un papel relevante en la aparición y la evolución de enfermedades como el cáncer, entre otras funciones.

Los próximos 29 y 30 de octubre se reúnen en CosmoCaixa expertos internacionales convocados por B·Debate, Centro Internacional para el Debate Científico, una iniciativa de Biocat y la Obra Social “la Caixa”, para debatir sobre los últimos avances en epigenética del cáncer por tercer año consecutivo.

Barcelona Conferences on Epigenetics and Cancer (BCEC) es un ciclo anual de conferencias impulsado por cinco centros de investigación catalanes punteros: Centro de Regulación Genómica (CRG), Instituto de Biología Molecular de Barcelona (IMB-CSIC), Instituto de Medicina Predictiva y Personalizada del Cáncer (IMPPC), Instituto de Investigación Biomédica (IRB Barcelona), y el Programa de Epigenética y Biología del Cáncer (PEBC) del IDIBELL.

Este año BCEC, liderado por el CRG, se centra en las funciones del ADN oscuro, como se ha bautizado al que hasta hace poco se llamaba ADN basura. El motivo es que, aunque estas regiones del genoma no codifiquen a proteínas, sí que inciden en la expresión genética relacionada con enfermedades. Una de las funciones más analizadas hasta ahora de estas regiones del ADN es cómo su presencia incide en la regulación de los genes cercanos al controlar o modular su expresión.

A día de hoy los investigadores han observado cómo las enfermedades debidas a mutaciones, como un cáncer de origen genético, en parte se deben al ADN no codificante. Este cambio de paradigma presenta un escenario más complejo a la hora de diagnosticar y tratar estas enfermedades porque la región del ADN que está involucrada es mucho mayor.

“La medicina personalizada debe tener en cuenta el ADN no codificante, si no su visión del problema es parcial”, comenta Luciano Di Croce, colíder junto con Marcus Buschbeck de este B·Debate y responsable del laboratorio en epigenética del cáncer del CRG. “El 98% del genoma no se puede ignorar”, añade.

Los nuevos procesos de caracterización en epigenética y genética del cáncer son aún más exactos si se observa el material genético que no codifica. Así a un tipo concreto de cáncer de intestino, por ejemplo, se le pueden asociar cuatro subtipos para diagnosticar y tratar mejor los síntomas.

Las células madre pueden mejorar el tratamiento del cáncer

Las células madre tendrán un papel destacado en el BCEC. A los investigadores les interesa entender mejor cómo funcionan las células madre porque comparten con las células cancerígenas su gran capacidad de reproducción, aunque las células enfermas han perdido la capacidad de regularse a si mismas y frenar la diferenciación. Entender la biología básica de este tipo de células podría tener un potencial en el tratamiento del cáncer, que aún está por explorar.