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Lactancia materna: el primer alimento del bebé

Tomar la decisión de si damos a nuestro bebé pecho o leche de fórmula es una de las preguntas más frecuentes en las mamás, especialmente en las primerizas

lactancia materna

Cuando un bebé llega al mundo y más aún si es la primera vez, los padres se ven invadidos por miles de preguntas que, con el paso del tiempo, irán poco a poco descubriendo las respuestas, pero, al comienzo, todo es desconocido y el miedo a no acertar con la respuesta adecuada es inevitable.

No podemos centrarnos en todas las preguntas, pero sí que queríamos hablar sobre la lactancia materna natural o a base de leche de fórmula. Por este motivo, desde farmanatur nos hemos puesto en contacto con dos expertos nutrición infantil.

Lactancia: ¿materna o artificial?

Es, sin duda, la eterna pregunta. ¿Cuál es mejor? ¿Debo decantarme por una, a pesar de que el bebé la rechace? Nosotros no vamos a entrar a valorar esas ideas, pero sí que queremos reflejar qué es lo que los expertos opinan al respecto.

Ante este tema, Cristina Arregui, nutricionista de Nestlé Nutrición Infantil es tajante: “La leche materna es el mejor alimento para el bebé y se recomienda que se le dé en exclusiva hasta los 6 meses. La leche materna se adapta, perfectamente, a las necesidades del bebé a lo largo del día y con el paso de los días. Pero si la mamá desea pasar a la leche de fórmula, lo mejor es consultarlo antes con el pediatra”.

Una opinión que también comparte Mª Dolores Iniesta, del Instituto de nutrición infantil de Hero: “La leche materna es un alimento único, sin duda, la mejor opción para alimentar a tus hijos. No sólo porque lo recomiende la Organización Mundial de la Salud (OMS) de manera exclusiva durante los primeros 6 meses de vida, sino porque aporta la energía y los nutrientes esenciales y necesarios  para un óptimo desarrollo y crecimiento del recién nacido”.

Un dato curioso que recalca Iniesta es que “la composición de leche materna va variando a lo largo de la lactancia, pudiendo cambiar, incluso, de una toma a otra. Un factor a tener en cuenta  para la composición de la leche es la dieta de la madre. Es fundamental que ésta sea variada, con muchas frutas y verduras, sin restricciones pero sin abusar de las grasas saturadas, el azúcar o la sal”.

En cuanto a su funcionalidad de la leche materna, la experta añade que “aporta innumerables beneficios y está comprobado, científicamente, que la leche materna previene de infecciones, obesidad o alteraciones del sistema inmune, entre otros. Así mismo, existen numerosos compuestos bioactivos dentro en la leche materna que la hacen inigualable, como son: la lactosa, que contribuye a generar la energía necesaria para el normal crecimiento y desarrollo del bebé; los ácidos grasos esenciales, que son imprescindibles en la dieta del bebé y necesarios para un correcto crecimiento, así como el hierro, cuyo aporte es fundamental durante los primeros meses de vida y esencial  para la producción de glóbulos rojos y el transporte de oxígeno. Además interviene en el desarrollo cognitivo del bebé”.

babies-921037_640Pero la decisión de dar pecho o leche de fórmula es muy personal y, por ese mismo motivo, también hemos querido saber la opinión sobre este producto: “En caso de que no se pueda o no se quiera dar el pecho, lo mejor es consultar con el profesional de la salud para que indique la fórmula más adecuada para el bebé, ya que hay una gran variedad de ellas en el mercado, con características muy diferentes”,  responde Cristina Arregui.

Por su parte, Mª Dolores Iniesta argumenta que “para poder elegir la fórmula más cercana a la leche materna, en cuanto a composición y beneficios probados sobre la salud, es recomendable seguir los consejos del profesional de la salud, que es el que recibe la información actualizada y completa de las fórmulas del mercado y es capaz de evaluar y ofrecer la más idónea para cada caso.

Hubo unos años en los que la leche de fórmula fue muy cuestionada, pero, en su opinión: “en la actualidad, las leches de fórmulas han dado un salto cualitativo muy importante. La industria alimentaria aspira a fabricar una leche infantil que sea lo más parecida posible a la leche materna en composición y funcionalidad. Para ello, se estudia al detalle todos los ingredientes de la leche materna y los beneficios que produce sobre la salud del bebé, con el objetivo de incorporarlos a las fórmulas y obtener los mismos resultados”.

Preparación de un biberón

Por último y en caso de elegir la fórmula artificial, nos gustaría saber cómo calcular la temperatura adecuada de los biberones, cómo saber si se ponen malos o cuánto tiempo pueden durar preparados, a lo que las expertas nos han respondido lo siguiente:

“En primer lugar debemos recordar que para preparar un biberón se debe calentar el agua y dejarla enfriar hasta alcanzar la temperatura corporal, que se medirá vertiendo unas gotitas de leche sobre el dorso de la mano”, asegura Iniesta.

En este sentido, la OMS “recomienda calentarla (agua potable de red) por encima de 70ºC, para reducir el riesgo de contaminación bacteriana. No obstante, esta recomendación está dirigida, fundamentalmente, a los lugares donde las condiciones de salubridad del agua potable de red puedan no ser las adecuadas”, apostilla.

Pero, ¿durante cuánto tiempo hay que calentar el agua? Iniesta responde que “hay que hervirla durante 1 minuto y dejarla enfriar, posteriormente, hasta 40º C, aproximadamente. Si el agua es mineral, no es necesario llevarla a ebullición. Tan solo con calentarla hasta, aproximadamente, 40º C es suficiente y, posteriormente, dejarla enfriar, al igual que en el caso del agua potable”.

En cuanto a su conservación, Mª Dolores concluye que “el biberón se debe consumir inmediatamente después de la preparación. No se debe guardar la leche que sobra de una toma”.

Sobre esta tema también ha opinado Cristina Arregui, quien aconseja que, “a la hora de preparar un biberón hay que tener cuidado en hacerlo a la temperatura correcta, ya que, de lo contrario, se pueden perder algunos componentes y nutrientes de la leche. Se aconseja que se prepare como máximo a 40 grados. Por tanto, si se hierve el agua, luego hay que dejar que se temple a esa temperatura antes de añadir la leche”.

“Por otro lado – continúa- se recomienda dárselo al bebé una vez preparado, nunca se deben guardar los restos para darlo más tarde, ya que puede haber riesgo de contaminación”.