El ácido ascórbico o vitamina C es una sustancia fundamental para el crecimiento armónico del organismo y para el mantenimiento de la salud de todas las células y los tejidos
Es un micronutriente esencial para nuestro cuerpo. Esto significa que para mantenernos saludables solamente necesitamos una pequeña cantidad de esta valiosa sustancia que no conseguimos sintetizar de manera autónoma y, por lo tanto, la tenemos que obtener a través de la alimentación.
La Cantidad Diaria Recomendada (CDR) para la vitamina C es de 80 mg al día, la cantidad que una persona adulta y saludable debería tomar para satisfacer la cantidad mínima diaria necesaria.
Un aporte inadecuado, sobre todo de manera prolongada en el tiempo, puede tener consecuencias negativas para la salud. De hecho, la carencia de vitamina C puede manifestarse con síntomas como cansancio, agotamiento, una mayor predisposición a las infecciones y una capacidad reducida de curación de las heridas, dolor en las articulaciones, sequedad de la piel y cabello, facilidad en la formación de morados o tener más hemorragias nasales.
Como las causas principales de falta de vitamina C podemos señalar, entre ellas: las dietas desequilibradas pobres en fruta y verdura frescas, las consecuencias de enfermedades como las inflamatorias, el estrés o la contaminación atmosférica. Algunas condiciones como el embarazo y la lactancia, el humo del tabaco o la fiebre alta pueden aumentar la necesidad diaria de Vitamina C por parte del organismo. En estos casos, puede ser útil ingerirla mediante el consumo de un complemento alimenticio.
FUNCIONES DE LA VITAMINA C
Lo cierto es que son muchas las funciones que la vitamina C lleva a cabo en nuestro organismo:
- Contribuye a la que el sistema inmunitario funcione normalmente, algo útil durante el periodo invernal;
- Es una ayuda en periodos de estrés porque colabora al normal funcionamiento del sistema nervioso: Es necesaria para la síntesis de algunos neurotransmisores; y
- Favorece la reducción del cansancio y del agotamiento;
- Participa en la síntesis de la L-Carnitina, una molécula implicada el metabolismo de las grasas e importante en la síntesis de las hormonas que regulan la respuesta del organismo ante situaciones de estrés.
Si bien la función más conocida de la vitamina C es la de contribuir a la protección de las células del estrés oxidativo contrarrestando los daños causados por los radicales libres, que son las sustancias responsables de envejecimiento celular, desarrolla un rol en la formación de colágeno, implicado en el crecimiento y la reparación de las células destruidas, y es un componente fundamental de huesos, cartílagos, dientes, encías, piel y vasos sanguíneos. Por ello, la Vitamina C se considera útil en la reparación de heridas y tejidos del organismo.
Por último, puede mejorar la absorción del hierro, especialmente el que está presente en los alimentos de origen vegetal, llamado “hierro no hemo” (no ligado a la hemoglobina), de baja biodisponibilidad.
LAS PRINCIPALES FUENTES DE VITAMINA C
La fruta y la verdura son alimentos ricos en Vitamina C y, entre ellos, los que contienen más cantidad son la acerola, el kiwi, todos los cítricos, los frutos rojos (moras, frambuesas, arándanos), las fresas, el melón, la papaya, los pimientos, el brócoli, la col, las verduras de hoja verde como las espinacas, el pimentón y el escaramujo.
Si los alimentos se consumen frescos, su contenido de Vitamina C se mantiene elevado. En realidad, una mala conservación y, especialmente, la temperatura elevada de la cocina, reducen o incluso anulan los beneficios de la Vitamina C.
VITAMINA C DE SÍNTESIS y VITAMINA C NATURAL: ¿EN QUÉ SE DIFERENCIAN? (*)
Considerando las múltiples funciones que la Vitamina C desarrolla en el organismo, su consumo como complemento alimenticio es muy amplio y representa el suplemento alimenticio más utilizado en el mundo.
En términos generales, los complementos alimenticios que encontramos en el mercado ofrecen Vitamina C en forma de ácido ascórbico o ascorbato, que se obtiene por síntesis química, con una dosis recomendada de 500-1.000 mg al día. La alternativa a estos productos son los complementos alimenticios de Vitamina C de origen natural. En realidad, y gracias a las plataformas de análisis científico y a tecnologías de extracción evolucionadas, actualmente es posible formular complementos alimenticios de Vitamina C extraída de los frutos de la acerola (Malpighia punicifolia), un arbusto originario de Centroamérica que contiene 50 veces más cantidad de esta vitamina que los cítricos.
Para entender bien la diferencia entre la Vitamina C de síntesis y la natural es necesario saber que la naturaleza es una fuente inagotable de moléculas y es capaz de “caracterizarlas” de manera única mediante la proporción entre los distintos tipos de átomos que la componen. Por ello, se puede distinguir un producto de síntesis química de uno natural analizando los átomos isótopos que constituyen las moléculas contenidas en las formulaciones. Por ejemplo, se puede apreciar la diferencia entre la vitamina C natural que se extrae de la acerola y la de síntesis química en la proporción distinta de átomos de carbono (carbono 12/carbono 13) y de oxígeno (oxígeno 16/oxígeno 18). Actualmente, se puede verificar con un análisis de laboratorio: el ácido ascórbico de origen natural de la Acerola presenta menor cantidad de Carbono 13 y mayor cantidad de oxígeno 18 si lo comparamos con la Vitamina C de síntesis.
Además, otro de los puntos importantes a valorar es que, actualmente, se puede garantizar la total naturalidad de la vitamina C proveniente de la acerola gracias a procesos de extracción innovadores que empiezan con la recogida del fruto, después lo transforman en zumo hasta su liofilización. Un aspecto adicional que caracteriza la vitamina C completamente natural es que durante dicho proceso se extraen además un conjunto de sustancias, entre las que hay flavonoides, que la protegen de la oxidación, mejoran la biodisponibilidad para el organismo y su poder antioxidante.
Por otra parte, la vitamina C artificial se obtiene de un modo distinto por vía de síntesis mediante un proceso de hidrogenación, doble fermentación y el uso de reactores químicos con el Ácido-2-ceto-L-gulónico, Metanol, Ácido sulfúrico concentrado y NaHCO3.
Por último, gracias a los análisis basados en las ciencias llamadas “ómicas” (metabolómica, transcriptómica y proteómica) se puede apreciar cómo, en el contexto del complejo molecular, la vitamina C de la acerola es capaz de modular positivamente un espectro más amplio de funciones biológicas que la vitamina C de síntesis aislada.
ALGUNOS CONSEJOS UTILES PARA UN CONSUMO ADECUADO DE VITAMINA C
- Consumir la cantidad adecuada de fruta y verdura frescas o con una cocción de tiempo limitado
- Poner las verduras en remojo con poca agua ya que la vitamina C es hidrosoluble y podría desaparecer fácilmente.
- Consumir la fruta y verdura rápidamente para no dejarlas un tiempo excesivo a temperatura ambiente: exponerlas al aire o a plena luz aumenta la oxidación y, por lo tanto, la pérdida de vitamina C.
- Beber rápidamente los zumos o centrifugados de cítricos, frutas y verduras para no perder gran parte de la vitamina C que contienen.
- Evitar el humo del tabaco.
(*) Fuente: Aboca