El coordinador del Programa de Investigación de Tabaquismo de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), Carlos Jiménez, ha afirmado a Efe que la propuesta británica es “muy acertada” y que la “apoyan”, pues los niños perjudicados por el humo del tabaco tendrán más crisis de broncoespasmo e inflamación bronquial, según estudios científicos.
Hay estudios que demuestran que los conductores que fuman tienen pérdidas de atención en la conducción y, además, el monóxido de carbono que contiene un cigarrillo tiene una acción “muy importante” respecto a la disminución de la oxigenación de la sangre y con un efecto negativo en el cerebro que disminuye la capacidad de reflejos.
Además, el portavoz del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT), Francisco Camarelles, ha hecho una “valoración positiva” de la petición hecha por los médicos británicos al considerarla “un avance en las políticas de prevención y control del tabaquismo”.
“La exposición ambiental al tabaco es particularmente peligrosa en niños”, ha resaltado Camarelles, que ha explicado que está relacionado con más infecciones respiratorias en menores, más ingresos por asma, otitis e incluso con la muerte súbita del lactante.
Propuestas como la del Reino Unido “redundan” en una “concienciación social” sobre lo negativo que es el tabaco, ha añadido.
La Organización Médica Colegial (OMC), cuyo presidente, Juan José Rodríguez Sendín, pidió hace unos meses que se prohibiera fumar en vehículos donde viajen niños porque es “abrumadora la evidencia científica” sobre el daño que les hace el humo del tabaco en su proceso de maduración.
“Si esto no es un maltrato que venga Dios y lo vea”, destacó Rodríguez Sendín, quien consideró conveniente que exista una regulación al respecto.