El empleo excesivo de este tipo de dispositivos puede derivar en diferentes dolencias y síntomas, que van desde dolores de cabeza constantes, hasta momentos de estrés o depresión. Por eso, es importante que todo el mundo emplee el teléfono móvil con moderación y tomando ciertas medidas
Desde que los teléfonos móviles llegaron a nuestra vida se han convertido en un aparato imprescindible para muchas personas, tanto, que incluso algunas llegan a tener verdadera dependencia.
Por supuesto, el uso del teléfono móvil no tiene nada de malo, siempre y cuando se emplee con moderación. Es más, las ventajas son verdaderamente amplias, pero no por ello debemos olvidar que hay que tomar ciertas medidas de salud ante el uso de este tipo de dispositivos, así como en el caso de las tablets.
Problemas más comunes
En un artículo recientemente publicado por la cadena BBC, los expertos entrevistados coincidían en dolores de cabeza constantes, cuero cabelludo más sensible, molestias detrás del ojo y tensiones musculares en el cuello, cuya dolencia ya tiene su propio nombre en inglés “text neck” (cuello de texto). De este dolor de cuello, también derivan el del brazo y del hombro.
¿Cómo solucionarlo? La osteópata, Lola Phillips, entrevistada en el mencionado medio explicaba que “Quién lo padece debe adoptar distintas posturas al utilizar el teléfono. Sentarse derecho, por ejemplo, y levantar el teléfono o utilizar un soporte para que se quede en una posición más apropiada”. Del mismo modo, la experta también apuntaba como buena solución a masajes específicos y al uso de anti inflamatorios.
Pero no son estos los únicos problemas derivados del mal uso del teléfono móvil. En otro estudio revelado por la revista Consumer del grupo Eroski se habla de tendinitis en las manos o dedos pulgares, debido al uso constante de esta parte de nuestro cuerpo para redactar mensajes.
En cuanto a las soluciones de este problema, además de limitar el uso del móvil, también se recomienda mejorar nuestra postura lumbar y emplear el resto de los dedos de la mano para que el esfuerzo se reparta en todo ellos, y no sólo en el pulgar o en el dedo meñique, que son los que más tensión acumulan del uso de estos dispositivos electrónicos, al igual que ocurre a muchos jóvenes que pasan largas horas utilizando los mandos de la vídeoconsola.