Según la Dra. Lina Badimón, directora del Centro de Investigación Cardiovascular ICCC-CSIC, “el consumo moderado de alcohol (10-30 g al día) se ha asociado a un menor riesgo de infarto de miocardio o muerte en estudios en poblaciones con grave riesgo cardiovascular y en pacientes con enfermedades coronarias”.
La ingesta moderada de cerveza podría mejorar la función cardíaca global tras sufrir un infarto, según un estudio elaborado por Instituto Catalán de Ciencias Cardiovasculares y presentado en el marco de las XVII Jornadas de Nutrición Práctica que han comenzado hoy en la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid.
La cerveza está elaborada con ingredientes naturales como el agua, la cebada malteada y el lúpulo. Además, contiene diversos nutrientes como vitaminas del grupo B -especialmente ácido fólico- fibra y minerales. Asimismo, contiene antioxidantes naturales que podrían proteger la salud cardiovascular
Numerosos estudios epidemiológicos han respaldado el papel protector de las dietas bajas en grasas saturadas y ricas en frutas y verduras, además del consumo moderado de bebidas fermentadas (cerveza, vino y sidra) frente al desarrollo y la evolución de las enfermedades cardiovasculares.
Por eso, el consumo moderado de cerveza -un máximo de 3 cañas para los hombres y 2 para las mujeres- puede tener efectos positivos para el organismo, siempre que se trate de individuos adultos y sanos.