Las manos y los pies forman parte de nuestro cuerpo y aunque muchas veces no les damos demasiada importancia, al igual que el resto, deben cuidarse a diario.
Es importante protegerlos del frío, del sol y de las agresiones de productos químicos. Por otro lado, no se nos debe olvidar que las manos son una de las principales delatoras de la edad y, por tanto, unas manos secas, poco hidratadas o con manchas nos harán parecer mayores.
Consejos para el cuidado de las manos
• Manipular productos químicos con la adecuada protección
Siempre que trabajemos con productos químicos como detergentes, colorantes, etc., debemos utilizar guantes para evitar la agresión que sobre nuestra piel provocan este tipo de productos.
Entre las principales consecuencias de su uso se encuentra la capacidad que tienen de degradar la barrera lipídica que protege nuestra piel; de ahí la importancia de mantenerla bien hidratada y de utilizar guantes para minimizar estos efectos adversos.
• Procurar emplear jabones no agresivos e hidratantes
Se recomienda evitar geles o jabones que sean muy agresivos, debiendo utilizar aquellos que tienen un Ph neutro y que sean muy hidratantes como los que contienen avena o derivados.
• Aplicarse crema hidratante
Una buena hidratación es fundamental para mantener una buena barrera lipídica que nos proteja de agentes externos como el frío, calor, viento, y otros agentes medioambientales. Además, evita un proceso de envejecimiento precoz. Una piel deshidratada es más vulnerable, más fina y se arruga con más facilidad.
• Aplicar fotoprotector
Evitar el sol y aplicar fotoprotector diario de alto SFP ya que, junto con la cara, son áreas muy fotoexpuestas a la radiación solar y, por tanto, muy susceptibles de sufrir un fotoenvejecimiento prematuro.
Entre las lesiones que pueden aparecer se encuentran los léntigos solares conocidos por todos como “manchas de la edad”, así como lesiones precancerosas o incluso diversos tipos de cánceres cutáneos.
Consejos para el cuidado de los pies
• Lavarlos diariamente, secándolos a continuación
Hay que lavarse diariamente los pies, sobre todo cuando la sudoración es importante y en los meses más calurosos, para evitar el mal olor y el riesgo de infecciones.
Podemos usar de forma ocasional toallitas u otro tipo de sustancias para el exceso de sudoración.
Más importante aún es un buen secado de la zona haciendo hincapié en las interdigitales, ya que es una parte de fácil colonización de hongos y de otro tipo de gérmenes.
Para evitar infecciones por verrugas plantares, vulgarmente conocidos como “papilomas”, hay que evitar andar descalzo sobre superficies húmedas.
• Emplear un calzado cómodo que se ade- cúe a la forma del pie
Los pies pueden sufrir por el empleo de zapatos inadecuados o por un tacón excesivamente alto, ya que se produce una sobrecarga de la parte delantera del pie, que puede provocar una desviación de los dedos y la consiguiente aparición de rozaduras y zonas de hiperqueratosis o “callosidades”.
• Cuidado de las uñas
El cuidado de las uñas es también muy importante. El corte debe ser recto y transversal evitando la lesión de la cutícula que sella la uña y evitando complicaciones como la uña encarnada o infecciones.
• Tratar las rozaduras o lesiones “hiperqueratósicas”
En caso de presentarlas, es útil utilizar la piedra pómez u otros queratolíticos.
Dra. Teresa Olivares Rueda
Clínica Dermatológica Clemente