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“Si dejáramos de hablar de gasto y empezáramos a hablar de inversión sanitaria, todo sería mucho más fácil”, Concha Almarza

Para que haya mejoras en un espacio compartido por diferentes factores, se deben producir cambios, normalmente, en la mayoría de los actores. El sector farmacéutico busca respuestas a los nuevos retos de una clientela cada vez más personalizada y un papel de la información en auge, tal y como nos cuenta en esta entrevista Concha Almarza, directora General de Iqvia España

Concha Almarza, directora general de IQVIA
Concha Almarza, directora general de IQVIA

El mercado farmacéutico se ha ido recuperando poco a poco, aunque aún está lejos de resultados anteriores de la crisis, según el último informe publicado por IQVIA. Entrevistamos a su directora general en España, Concha Almarza, para hablar del sector, la empresa y el papel de la información en la industria farmacéutica y los beneficios que puede reportar su adecuada utilización.

IQVIA es una consultora especializada en salud, resultado de la fusión de dos empresas (IMS Health y Quintiles), que actualmente ofrece servicios desde el inicio del desarrollo de un fármaco, pasando por las distintas fases del desarrollo clínico del producto y el diseño de la estrategia de mercado hasta la fase de acceso y comercialización de ese fármaco.

“Pero no solo trabajamos con fabricantes, también con otros elementos del sector como hospitales, centros de salud y administraciones regionales, asegurando que la utilización de sus recursos es la más eficiente”, explica Almarza.

  • La Human Data Science, ¿qué papel tiene?

Uno de los mayores retos es encontrar la manera de cómo poner en valor la información disponible en el plano sanitario, aquí es donde entra el Human Data Science. Cómo usar la información disponible para mejorar la toma de decisiones en una compañía farmacéutica, las opciones de financiación cuando hablas de gobiernos regionales o nacionales, cómo diseñar mejor la fase del desarrollo clínico de un producto en base a la evidencia disponible, modelos nuevos basados en la demostración de resultados.

  • ¿Cómo de importante será el ‘big data’ en la salud humana del futuro?

Al trasladarlo al ámbito sanitario, vemos cada vez más experiencias reales de utilización práctica de la evidencia disponible, aunque muchas de las conversaciones siguen centrándose en las barreras y las limitaciones en lugar de dirigir la discusión a las garantías, a las metodologías y herramientas que existen para garantizar la posibilidad de utilización.

De ahí que sea importante definir qué es Big Data, cómo debe entenderse cuando hablamos del entorno sanitario y cómo la garantía de la privacidad es posible, sin por ello restar posibilidades a la utilización de la información disponible con fines de investigación clínica, de búsqueda de nuevos modelos de financiación o sencillamente para conseguir la mejora de resultados de la práctica clínica.

  • ¿Ha cambiado mucho en esta última década, especialmente por el uso de las bases de datos, tecnologías e informatización?

El hecho de disponer de una gran cantidad de datos ofrece la oportunidad de revolucionar el sector salud, porque permiten crear un entendimiento común sobre lo que sucede en la práctica clínica real y sus resultados. Conocerlos es el primer paso para mejorarlos y facilitar así la investigación subyacente en todas las innovaciones científicas.

Las nuevas tecnologías aportan mayor fiabilidad y requieren menos tiempo para la recogida de información, que puede ampliarse ahora a volúmenes mucho mayores.

Las 3 V’s que de manera generalizada caracterizan el Big Data (volumen, velocidad, y variedad) se complementan en salud con una cuarta dimensión, que es quizá la fundamental: la veracidad.

Con los avances tecnológicos la cantidad ingente de datos, generados de forma continua, y procedentes de múltiples fuentes son más fáciles de recolectar, conectar, almacenar y tratar para múltiples usos, multiplicándose con ello el potencial de análisis y conocimiento a obtener.

  • ¿Veremos en un futuro en las farmacias información detallada de los medicamentos que hemos usado para prevenir posibles dolencias, enfermedades o trastornos gracias al ‘big data’?

La veracidad de la fuente es determinante en cuanto a la calidad del conocimiento a obtener. Aun limitándonos a aquellos conjuntos de datos que cumplen con dichos requisitos, lo cierto es que los servicios de salud generan un inmenso volumen de datos en su práctica diaria: 14m altas hospitalarias, 1M visitas AP; 258m visitas especialistas; 73m urgencias; 4M prescripciones.

Datos que gracias a las nuevas herramientas se registran inmediatamente y de manera continua y además lo hacen en todas las diversas áreas de la práctica clínica.

Con RWD nos referimos a todos los datos de pacientes recogidos en sus diversas interacciones con todos los agentes del sector, tanto pagadores y proveedores de salud como el resto de agentes: fabricantes, farmacias, laboratorios o elementos de comunicación externa.

Pero no basta con recogerlos, deben estar organizados de manera que permitan generar una visión completa y continua de la evolución de cada paciente (el patient journey), y contestar así a la pregunta de oro ¿qué resultados genera la prescripción de cada tratamiento ante un diagnostico concreto?

  • ¿Y ya se aplica?

Nosotros solemos diferenciar tres aspectos donde creemos que el uso del RWD puede ser diferencial. El primero
tiene que ver con que la explotación de los datos de salud facilita la investigación clínica. El uso de RWD impulsaría la investigación clínica, facilitando el acceso a grandes bases de datos de pacientes y ahorrando costes.

El segundo aspecto es que el establecimiento de acuerdos de financiación puede abrir el acceso de los pacientes a los fármacos innovadores de alto impacto económico. Este tipo de acuerdos buscan reducir la incertidumbre de acceder a nuevas alternativas (pagador) y a su correspondiente
financiación (laboratorios).

Y en un tercer bloque, las mejoras de la práctica diaria basada en el uso del RWD disponible, y que puede abarcar diversos ámbitos de la atención sanitaria.

  • ¿Puede nuestra información genética y sanitaria convertirse en un ‘negocio’ tal y como ha ocurrido con datos personales en Internet?

No creo que sea un negocio porque de hecho hablamos de información sensible que está especialmente protegida
y creo que todos debemos defender que no se convierta en un negocio en sí misma. Yo me refiero más bien a que los diferentes agentes que participan en el sector sean capaces de usar la información de una manera más eficiente, compartiendo la información, porque es lícito y relevante. Se trata de poner a disposición de los diferentes participantes la información necesaria para tomar las decisiones, como los acuerdos de pago por resultados.

  • En los últimos ocho años, tal y como indica el informe que presentaron en Infarma 2019, la facturación media de las farmacias ha descendido un 9%, pero se recupera lentamente, ¿a qué se debe ese estancamiento en la recuperación?

En realidad, yo no veo un estancamiento en la recuperación sino más bien un cambio en la dinámica de crecimiento y en la medida en que los diferentes factores contribuyen al mismo. Mientras que el segmento de fármacos que se dispensan en la farmacia de calle crece debido al incremento en el número de unidades dispensadas, con una mínima aportación de la innovación y con un precio medio que se mantiene, en el grupo de productos de autocuidado vemos un comportamiento opuesto dado que el volumen crece mínimamente, las innovaciones canibalizan presentaciones más antiguas y ayudan a mantener a un consumidor que paga un precio medio más alto.

Como resultado, en prescripción y autocuidado el número medio de operaciones se mantiene, aunque el ticket medio de la farmacia crece ligeramente.

  • ¿Cómo debe adaptarse el sector a la ingente personalización de los pacientes?

Hablamos de un cambio de relación de todos los factores. Evolucionando para encontrar soluciones sostenibles. Buscar nuevos modelos de acceso a la innovación pasa por usar la evidencia y demostrar el valor que traen. Eso ocurre porque los propietarios de esa evidencia la compartan y los que traen las nuevas soluciones estén dispuestos a
usarla y se arriesguen. Más y más el fabricante está absolutamente dispuesto a entrar en este tipo de enfoques, así como el clínico. Si dejáramos de hablar de gasto y empezáramos a hablar de inversión sanitaria todo sería mucho más fácil, pero requiere un plazo más largo, con lo que el cortoplacismo no ayuda. Todos tienen que dar y recibir.