El acoso escolar es un fenómeno que se mantiene en el tiempo y que puede afectar a niños de todas las edades y clases sociales. Entrevistamos a un experto en la materia para que nos dé algunas pautas.
El pasado 1 de octubre, el Colegio Oficial de Enfermería de Gipuzkoa organicó una charla entorno al acoso escolar. Desde Farmanatur hemos querido hablar con una de las personas que impartió la mencionada conferencia, Iker Dios Oñativia, que es enfermero, especialista en Salud Mental y esto es lo que nos ha contado.
– ¿Cómo definiría usted el acoso escolar?
Según la OMS el acoso escolar es “El uso deliberado de la fuerza física o el poder, ya sea en grado de amenaza o efectivo, contra uno mismo, otra persona o un grupo o comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones”.
Hay que añadir que es un fenómeno que se mantiene en el tiempo, y no un sólo acto deliberado y puntual, afectando a casi todos los ámbitos del que lo sufre, no se restringe a la escuela.
– ¿Se le da la importancia que se le debería dar?
Se le da importancia, pero sobre todo cuando nos llegan noticias que ya son graves o sin vuelta atrás, no se invierte lo suficiente en prevenir, que es lo que realmente importa y tampoco se tiene en cuenta que el acoso no sólo va a afectar al adolescente en su etapa de estudiante, sino que como muestran numerosos estudios puede ser la causa de problemas mentales en la etapa adulta.
La administración debería implicarse mucho más y educar sobre ello y su importancia no sólo a los implicados (alumnos, educadores y padres), sino al conjunto de la sociedad.
– ¿Qué porcentaje de niñ@s sufre hoy en día acoso escolar?
Según la última encuesta de la OMS en el mundo entero alrededor de 1/3 de estudiantes. En España ronda un 25%, esto siempre agrupando tanto los acosados, como los acosadores y los que son a su vez acosados y acosadores. Hay que destacar que la parte principal la protagonizan los observadores (alumnos, pero también padres y profesores), aquellos que no realizan el acto de acoso pero que lo permiten, bien por acción, participando como espectadores, o por inacción, no evitando que se produzca.
– ¿Afecta más a un tipo de niños que a otros en base a su edad, procedencia, sexo, etc?
Puede afectar a niños de cualquier estrato social y características, si bien siempre son más vulnerables aquellos que destaquen del resto, bien sea por raza, preferencias sexuales, tener algún tipo de discapacidad…pudiendo llegar a aumentar el riesgo de acoso hasta doblarlo o triplicarlo.
– ¿Cómo detectarlo?
Actualmente existen numerosos instrumentos como test y escalas, que pueden ayudarnos a detectar comportamientos tanto de acosadores como de acosados, siendo de muy fácil aplicación.
Para detectar comportamientos de acosadores podemos preguntar indirectamente si el alumno provoca a otros para que se enfaden y pierdan el control, si él mismo se enfada muy fácil, si dice o hace cosas para hacer que otros se rían o humillen a un alumno, pone motes…y, por último, comportamientos de acoso bien directos (como agresiones tanto físicas como verbales, amenazar, coaccionar para realizar tareas, destruir propiedades…), o comportamientos indirectos (gestos obscenos, poner motes, crear rumores, excluir a la gente del grupo, manipulación de las amistades…). Hay que resaltar que hoy día el ciber-acoso cobra una mayor importancia gracias al manejo de las nuevas tecnologías.
En cuanto a los acosados, preguntas indirectas para ver si sufren alguno de los comportamientos anteriormente mencionados, pero además se pueden observar diferentes signos, el principal evitar ir a la escuela por cualquier medio, otros como son diferencias en la conducta hacia una mayor introversión, peleas, síntomas somáticos (por estrés y ansiedad) siendo frecuentes los dolores de estómago o cabeza y también cambios en el estado de ánimo hacia la tristeza, con aislamiento de amistades y cese de actividades que antes disfrutaban y un aumento de trastornos del sueño y de la alimentación, así como pensamientos autodestructivos.
Principales pautas para hacerle frente como padres, profesores o como el propio acosado
Los pilares básicos para poder hacer frente al acoso son la educación, confianza y comunicación. Primero se debe comprender qué es el acoso, tanto los responsables como los educadores de los alumnos deben obtener la formación necesaria para identificar cuándo un adolescente puede estar sufriendo acoso.
Además, los estudiantes deben comprender, perfectamente, lo que es el acoso, para poder identificar cuando lo sufren y conocer sus consecuencias. Saber que no deben culparse por sufrirlo, que no deben avergonzarse y que no deben sentir miedo ni rechazo por pedir ayuda para pararlo. Poder hablarlo en su entorno cercano, lo que requiere confianza y comunicación, ya que según todas las encuestas el mayor obstáculo para que nos hablen del acoso es la vergüenza y culpa que experimentan.
Por último, debe haber personal de referencia al que dirigirse si se quiere denunciar una situación de bullying. Este personal debe de dar una respuesta adecuada (ni exagerar ni minimizar), y las personas que observen actos de bullying no deben participar y deben ayudar a parar estos comportamientos acudiendo a ellos, educación para prevenir.